¿Y de la Super Bowl de este año yo qué cuento? Los aficionados del Estudiantes tenemos una expresión para cuando el equipo comienza a flojear que, curiosamente, siempre ocurre en el tercer tiempo (me gustaría saber qué se dedican a hacer en el vestuario en el descanso). Lo llamamos "la pájara del tercer tiempo". Anoche los Broncos de Denver la sufrieron. La diferencia fue que sufrieron "la pájara del tercer tiempo" durante todo el partido.
El equipo de Homer J. Simpson partía de favorito. ¿Cómo iba a perder? ¡Es el equipo de Homer J. Simpson! ¡Y tenían un caballo! Claro, ahora esta escena adquiere mucho más sentido:
El quarterback de los Broncos, Peyton Manning, se suponía que era la rehostia en bote y cumplió. Completó una cantidad brutal de pases completados y hasta batió un récord, pero de poco le sirvió tanta milonga con un equipo que parecía estar en el campo sólo para dejar caer el balón de sus manos y recibir hostiazos. Parecía que se iban a quedar sin anotar, pero al final los Seahawks de Seattle ganaron la XLVIII Super Bowl con un escalofriante resultado de 43-8. Bueno, vale, mola, ganaron los pobreticos que tenían las de perder... ¡pero el equipo de Homer pringó! La victoria fue tan aplastante que el partido duró bastante menos que otros años. Lamentable, daban hasta penica.
La actuación del descanso... Pues bueno, Bruno Mars es muy simpático, y los Red Hot Chili Peppers muy majos (y acalorados), pero tampoco me dio más. Un espectáculo muy normalito y sencillo para lo que es la Super Bowl.
Y lo que más mola de la Super Bowl: sus anuncios. Este año los pudimos ver en streaming en un portátil a la vez que teníamos puesto el partido en la tele. Al final no lloré viendo el anuncio del perrito y el caballo, pero casi lloro de la risa con el de las alas de los ingenieros alemanes que veréis debajo de estas líneas. David Beckham debe de gustarse mucho, porque andaba muy interesado viéndose a sí mismo en su anuncio corriendo en gayumbos. ¿Alguien ha dicho fanservice? Pues vamos a marcarnos un anuncio de villanos británicos. Y los que estuvieron sembrados fueron los de Doritos, que se marcaron uno, dos y tres anuncios espectaculares... bueno, no nos pasemos, más bien simpaticotes (el del perro es brutal). Aunque me gustó más ver a mi adorado Michael Phelps, aunque sea para anunciar una guarrada de bocatas con Fritos. El desayuno de los campeones...
... El que no se debieron de tomar los jugadores de los Broncos de Denver, por lo visto.
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