miércoles, 3 de febrero de 2016

Suck it, cancellation bear (again)!

Ahí va, creía que le había dedicado alguna entrada a la serie de Galavant. Voy a subsanar ese crimen ahora mismo. ¿Qué me diríais si os hablo de una comedia musical ambientada en el medievo? No, no me refiero a Las locas, locas aventuras de Robin Hood (otra absoluta genialidad). Esto es una serie y cuenta con la música de Alan Menken (sí, señoritas, el señor responsable de nuestras bandas sonoras favoritas de Disney) y la aparición estelar y absolutamente maravillosa de Timothy Omundson.
Cuéntame más.
La serie comienza con la historia del caballero Galavant y su prometida, Madalena. Un buen día, el malvado rey Richard rapta a Madalena y la obliga a casarse con él. ¡Pero Galavant es el mejor caballero del reino! Parte en una aventura para rescatar a su amada... aunque su amada tiene otros planes y decide quedarse con la fama y las riquezas que le ofrece el Rey.
Antes muerta que Sansilla.
Todo esto ocurre en cosa de dos minutos, que bastan para darnos cuenta de que esto no es una serie más. ¡No! ¡Además es un musical!
Oh, sí...
Y tiene muchas, muchas canciones...
Y todos los personajes están encantados.
Luego entran en escena Sid, el escudero pringado...
Yikes...
... Isabella, la princesa guerrera que ronca y que acude a Galavant para pedirle ayuda para salvar a su reino, Valencia (todo-parecido-con-la-realidad-es-pura-coincidencia), de la invasión del rey Richard...
Y para disfrutar de las vistas, ya que estamos...
... y Gareth, el capitán de la Guardia del Rey, que SOLO podría estar interpretado por el genial Vinnie Jones haciendo de sí mismo.
Agitar, remover y añadir canciones muy chachis y muchas, muchas escenas del rey Richard (y después de verle haciendo de Caín en Supernatural gana millones) y ya tenéis una de las mejores comedias que ha parido ABC.


¿Necestáis más? Pues tenéis el mejor bromance del año (con permiso de Finn y Poe Dameron) de la manita de Galavant y Richard ♥
No, esto no es un gif.
Gracias por el fanservice.
Y todavía más. Aunque los ocho capítulos de la primera temporada nos dejaron los dientes largos, los diez de la segunda son inmejorables, poniendo un broche de oro a esta humilde serie que, desde las sombras, ha marcado la diferencia. 
Falalalá...
Porque si ya fue casi milagroso que renovaran, la tercera temporada ya sería producto de un deseo de estrella fugaz. Te echaremos de menos Galavant...

Pero sobre todo te echaremos de menos a ti, Richard.

¡Larga vida al rey Richard!

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